Durante los últimos meses corre como la pólvora la noticia de la instalación de mesas de poker electrónicas tanto en casinos españoles como de todo el mundo. Los casinos de Cádiz, Ceuta y Marbella ya tienen las suyas y otros casinos españoles están a la espera de los permisos pertinentes para poder instalarlos, por ejemplo el Casino de Barcelona. De esta forma los jugadores que no se pueden permitir jugar en los niveles de los casinos que suelen ser 2,5/5 NL o 5/10 NL en adelante, podrán también jugar.
Todo parece indicar que estas máquinas serán el futuro ya que permiten jugar más manos por hora, aportan una mayor comisión a la casa, eliminan los errores humanos… en resumen, mayor rentabilidad incluso en niveles en teoría bajos como 0,5/1 NL.
En el mes de Agosto, ya se cerró la sala de poker del Casino Excalibur para instalar 12 mesas electrónicas de poker. El resultado fueron 40 despidos inmediatos ya que las nuevas mesas apenas necesitan mantenimiento y supervisión.
La empresa encargada de su fabricación y distribución en los casinos de Las Vegas comprobó que en el Casino Horseshoe su mesa de prueba ayudó a que se jugaran un 50% más de manos de Texas Hold’em y un 110% más de manos de Omaha.
En el Casino de Venecia hay una de estas mesas desde el mes de Julio y están a la espera de poder instalar más y en los casinos de Sudamérica y Centroamérica su uso ya está muy extendido. En España pueden tener aún más ventajas ya que permitirán a los casinos pagar menos tasas fiscales ya que las que se pagan ahora mismo por una mesa de Cash convencional son abusivas.
El funcionamiento de estas mesas electrónicas de poker es sencillo, en el cajero recoges una tarjeta con un pin y la cantidad de dinero que desees. Vas a la máquina, la introduces y seleccionas la cantidad de dinero con el que quieres jugar. Las cartas se te reparten tapadas y gracias a la pantalla tactil, puedes doblarlas para verlas y a partir de ese momento es todo igual que una partida de poker normal.
Todo parece muy bonito pero hay dos puntos que hay que tener en cuenta. El primero es el colectivo de los crupiers que verán peligrar sus trabajos y el segundo es que si se extiende su uso, se corre el riesgo de que se olvide la formación de crupiers cualificados para afrontar grandes eventos de poker como los torneos de varios días de duración.
Solo nos cabe esperar y probarlas antes de hacer un juicio de valor sobre estos nuevos “artilugios”